1 jul 2010

Prueba de esfuerzo 2010

Decididamente tenía que hacerlo. Era una manera de asegurarme que la maquinaria seguía bien por dentro. Que el motor y los engranajes seguían como nuevos, igual que antaño. Y es que se hacía necesario una prueba de esfuerzo, bien acabada la temporada, confirmando los deseos de seguir adelante en esto del correr. Descartar posibles problemas cardiacos y el tema en alza (por desgracia) de la muerte súbita, son temas que nos preocupan a nosotros y a la gente que nos quiere cada vez que nos calzamos las zapatillas para disponernos a dar más de dos zancadas. Siempre que vengo de correr, exageradamente, aunque con todo el cariño del mundo, mi tía se lleva las manos a la cabeza pensando que hago un esfuerzo sobrehumano.

Tras un breve tiempo de información decidí hacérmela en el Reebok Club. Su buena reputación y su coste en la Prueba de Esfuerzo, de los más asequibles, hicieron que me decidiera por este sitio.  Es uno de los centros deportivos más cuidados que jamás haya visto. Al entrar no pudimos evitar fijarnos en el impresionante rocódromo que tiene. 18 metros de pared simulando roca, con grietas y varias presas (también practico la escalada a bajo nivel en rocódromo).

Pero vayamos al grano. Previa cita me habían enviado unos cuestionarios a rellenar para tener información acerca de mi vida deportiva, y al llegar allí y aportarlos, me condujeron a los vestuarios para ponernos el traje de batalla. Una vez dentro de la sala y con la doctora y otra compañera del club presente (ambas muy majas y atentas), comenzamos a repasar los cuestionarios y a intercambiar información algo más detallada sobre los ritmos en los que corro, las distancias, motivaciones... Me subieron a las báscula, pesaron y tallaron. Luego en camilla sin camiseta me auscultaron, comprobando que la respiración y el pulso eran normales, para luego conectarme los electrodos y tomar pulsaciones en reposo.

 Pasando la ITV

Después de unos minutos, me subieron al ergómetro (o tapiz rodante) para controlar e informarnos acercar del trabajo de mi corazón durante el esfuerzo, así como del consumo del volumen de oxígeno. Una vez arriba la doctora me explicó que haríamos una prueba en la que iría incrementando la velocidad para comprobar el funcionamiento de mi organismo ante tales cargas. Con los electrodos enchufados de nuevo a otra máquina, me colocaron una malla alrededor del torso para sujetarlos más firmemente, y la máscara con la que pensé que sería más complicado respirar de lo que realmente fue. La prueba en sí te hace correr, desde una caminata muy tranquila, pasando por rodar, hasta correr a un ritmo tan elevado en el que puedan comprobar los límites que aguanta tu cuerpo. A priori todo parece bien y la doctora me indica que tengo un mejor entrenamiento de la resistencia anaeróbica que de la aeróbica, quiere decir, que tengo mejor capacidad para las intensidades.

 Emulando a Top Gun: la máscara, menos incómoda de lo que parece

Pasada una semana me envían los resultados y recomendaciones por email:
todo muy bien.

Valoran la talla y el peso, la presión arterial, los tiempos de recuperación, el Volumen de Oxígeno máximo, los umbrales anaeróbicos y aeróbicos , pulsaciones en reposo.. y sobre todo que el corazón y los pulmones funcionan perfectamente.
También incluye un cuadro con recomendaciones en los entrenamientos, para cada tipo, rodajes intensos y menos intensos, series largas, cortas... con detalle de las pulsaciones máximas y el paso del Km para cada uno de ellos, es decir, la intensidad a llevar.

 Cuadro de intensidades: realmente interesante y útil


Realmente recomendable. Para pedir cita previa os dejo el número de contacto:
Reebook Club 914260507




Valoración final en
 El Calidómetro

1 comentario:

  1. Muy interesante, en casa ya me empiezan a decir que con 5 años de rodaje continuo va tocando mirarse las correas, tomo nota del telefono.

    Un saludo.

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