Una carrera que me traía grandes recuerdos de la infancia atlética era La Melonera. El año pasado me la tuve que perder inevitablemente. Este año había que estar allí. La compañía fue más numerosa de lo que creía. Schumy como siempre, Jose un nuevo compañero, y mi primo Miguel y Bermu, dos nuevos adeptos con grandes ambiciones. Ir a una carrera con falta de Pensamiento Alegre siempre resta un poco de energías, pero a poco de esforzarte, siempre está allí, donde tú vayas.
Calentamiento previo a la salida con media hora de antelación y nos colocamos para salir. Tras unas breves indicaciones a mi primo y Bermu, ya que era su debut en las carreras se dió el pistoletazo y comenzó la carrera con el primer tramo duro, de recortes y adelantamientos para cojer un hueco cómodo. Insisto en que la gente debería ser más responsable a la hora de ponerse en una determinada posición más o menos adelantada, ya que por norma general se ponen delante gente más lenta que tú. O eso o el irresponsable soy yo que me pongo más atrás de lo que debería. En cualquier caso y tras encontrar una posición cómoda, seguía viendo a Schumy a unos 15 metros más alante. Tenía la sensación de tener a Jose a mi lado y mi primo y Bermu tratando de conocer su propio ritmo de carrera algo más atrás.
Este año parece ser que añadieron una cuesta más de subida y bajada en la que me relajé para ver a mi primo y Bermu y animarles, pero no tuve suerte Con un poquito de flato tras la relajación nos encaminábamos hacía el Km 6 y una subida bastante influyente, donde para mi asombro se descolgaba más gente de lo habitual. Al comenzar la bajada y girar a la izquierda para enfilar el avituallamiento, me encuentro para mi asombro... ¡A Schumy! parado y esperando cual transeúnte al bus. Se une a mi ritmo y me comenta que algo le ha sentado mal al estómago y ha tenido que parar al nublarsele la vista. Síntomas nada buenos, pero parece haberse recuperado y entre los dos nos dejamos llevar hasta el Km 9. Voy casi a tope y emocionado al llevarle cerca, ya que siempre le suelo ver bastante lejos por delante de mí.
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Gracias a su conocimiento del circuito me avisa de que quedan unos 500 metros para la llegada y mi cuerpo comienza a prepararse para el Sprint. Con Schumy algo alejado a 10 metros de mi, no aguanto más y comienzo a "explotar por dentro". El Pensamiento Alegre esta en mi cabeza y con una palmadita de ánimo le insto a que me siga: -"¡Vamos Schumy!".
Vamos máquina¡¡¡¡¡
ResponderEliminarToda una experiencia, gracias por los ánimos... pero no te relajes, no vaya a ser....
Bermu
Que bueno tener ese Pensamiento Alegre, eso es lo que todos los populares buscamos en cada reto que nos proponemos y tú lo has encontrado con facilidad, muy buena carrera de inicio de temporada.
ResponderEliminarUn saludo.