26 may 2023

Carrera En Marcha contra el cáncer (4 km)

Con el único proposito de colaborar con la causa y dedicarselo a mi Enorme Cuñi, me propuse otro año más apuntarme y hacer un recorrido lo más ligerito posible de ritmo.


Mi mami, Marga y otra amiga también se apuntaron como cada año, al igual que Lau. Es impresionante como cada año retiene mayor afluencia esta carrera logrando un poder de convocatoria muy grande. Ojalá algún año no haya que correr por este motivo y hubiera que cancelarla. 

En moto hacia Colón con Carol, no podíamos reprimir la emoción de este evento. Recordamos cada día a Tío Mario, pero hoy un poquito más fuerte y sobre todo dedicándoselo a él. #yocorropor Mario, rezaba nuestro dorsal. Incluso Carol se había vinilado esto en su camiseta. Y de este modo con la lágrima a punto de caer del ojo, dejamos la moto y vamos calentando hacia la linea de salida. Allí busco a mi madre pero no nos vemos. A quién si vería es a Héctor, otro grande de este deporte que corría por su motivo 
propio (enhorabuena de las grandes).

Me despido de Carol que saldría un poco más detrás y me coloco en una tercera línea junto a Héctor. Allí esperamos al pistoletazo y... ¡pum! salimos. Recuerdo a fuego el año pasado en este mismo sitio y como las emociones me desbordaron tanto que corrí con escaso coco, saliendo a un ritmo demasiado rápido y poniéndome en cabeza para luego pegar el petardazo y llegar en 10º posición a punto de reventar. Este año no iba a pasarme lo mismo. Así que con todo el coco del mundo y los entrenos y ritmos bien grabados, salgo relativamente rápido. Un peli por delante esta Lau a la que alcanzo y la doy ánimos mientras estoy a su lado y subimos Castellana. Un poco más adelante me despego poco a poco y tiro hacia delante. El Tío Mario está en el coco desde antes de la salida y vaya como empuja. Al giro de los dos kilometros, mitad de carrera, mantengo el ritmo e incluso permito subir un poco más mientras no paro de mirar hacia mi izquierda en busca de Carol y mi madre.


Voy fresco, sensaciones brutalmente buenas y con fuerzas para más. Veo a Carol a unos 100 metros y me acerco a la mediana de la carretera y me grita "¡busca a Vane!". La verdad que mentiría si dijera que aquello no me dio otro gran subidón. Y tampoco diría la verdad si dijera que no había tenido cierto pálpito de que iba a venir. De esas sensaciones mágicas.


Tiro y tiro y algo más abajo mi Madre me grita junto a Marga y otra amiga, adrenalina a tope y Tio Mario dándome caña: "Vamos rídiculo, aprieta ahora", parece susurrarme mientras me acerco a meta. Y es a falta de unos 300 metros cuando viendo el arco de meta empiezo a meter un largo sprint, de esos que piensas que quizás no aguantes todo el rato. Pero no soy corredor fácil para rendirme. Así que aguanto mientras disfruto una animalada y veo a Fran y a su Mami animarnos a la derecha. 


Entro en meta y veo a Vane debajo del arco sacándonos fotos. Giro total y me tiro a su lado en el suelo mientras lloramos abrazados como dos locos. Sensaciones difíciles de olvidar y una extraña mezcla de tristeza y alegría armoniosamente mezcladas.

Al rato llega Carol y los tres avanzamos hasta el final para ir a recoger y animar a mi Madre y sus amigas.

Carol acabando genial en 24:59, Lau 1ª y yo 14º con un 14:38.

Día muy, muy especial para enmarcar. Gracias Vane. Gracias Tío Mario.


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