No era el día.
Con mucha incertidumbre y expectación partía hacia el Bernabeu. Unos sentimientos que llevaban cocinándose un par de meses a los que se le habías sumado otros que no favorecían nada la competencia que se avecinaba. Pero la vida es así y es nuestra manera personal de enfrentarnos a cada situación y de manera inalterable la que nos define tal y como somos.
Así que allí en la puerta del Centro moda Shopping aguardaba junto a Javi, Laura y Fran la llegada de Gon. Y Gon no aparecía... Aunque podría decirse que si pero no para nuestros ojos. De alguna manera fortuíta nos cruzamos y no logramos vernos. Así que prestos a entrar al cajón de nuestro tiempo nos dirigimos hacia allí con la pena de no ir junto con Gon. Mi cabeza llevaba días tejiendo una gruesa tela que enmarañaba mis pensamientos y que ese día seguía de igual modo. Carol no podía correr por causas del destino (nada alegres además) y mi cabeza vaya si lo sabía. Aquel día, no era el día.
Allí en el cajón, junto a Carlos Barco y mis compañeros calentábamos mientras saludábamos a gente como Shinichi Sasaki entre otros. Bien colocados para la salida aguardábamos el pistoletazo. Concentrado al 100% Carol estaba en mi cabeza como siempre pero con preocupación esta vez, alejado un poco del positivismo del que hago gala. Con el circo de Nike siempre presente de manera física trato de abstraerme psicológicamente, pero algo no va bien. ¡Pum! Salida desenfrenada y trato de mantener la velocidad sin pasarme, subiendo Concha Espina poco a poco y al giro para Serrano donde se producen los primeros empujones que exacerbarían la comodidad de la carrera al principio. Veo a Carlos lejos y bien ligero. Desciendo por Serrano a un ritmo medio de 3:35 tratando de hacer volar pensamiento positivos y apretando los dientes en un intento (fallido) de sacar a relucir mi clásica adrenalina en estos entuertos. Atravieso La Puerta de Alcalá ligero y casi al instante soy preso de un flato que me agravaría más de lo que pensaba.
La cantidad de gente aglomerada en cada tramo no consigue excitarme como otros años. No, no era el día. Pero lucho y aguanto. Aunque sepa que no todo es casi perfecto como otras veces.
Como si de una puñalada en el abdomen se tratara, aquel característico dolor del corredor me hace descender poniendo los pies en el suelo y "aflojando" el ya lento ritmo a nivel personal que ignoraba que llevara. Trato de respirar en una mueca de dolor tratando de salir de aquello, sabiendo que puedo y generando optimismo en mi interior. Atravieso Atocha y enfilo la Avenida Ciudad de Barcelona aguantando el dolor y tratando de que desaparezca como otras veces. ¡Lo logro! y trato de ir subiendo pulsaciones en esa tarde fría mientras sigo viendo a compañeros ir ganando posiciones al pasar a mi lado. Athos, Jara y Carol siguen en mi cabeza mandando energía positiva que pasaría por un filtro que no estaba en sus mejores condiciones. Al paso por Vallecas veo al crack de Quique y Arturo gritándo como campeones y entonces inicio el ascenso de la larga cuesta. Mentiría si dijera que no me arrancaron una sonrisa. Aguanto la "eterna cuesta". Subo y subo cuando entonces me animan a tope: "¡Vamos Juanqui!¡Vamos esta es la tuya!". Es Mario, todo un crack practicamente de la familia. Otro que logró hacerme sonreír cuando menos me apetecía a pesar de que no era el día.
Termina la cuesta y al giro a la derecha aprieto lo que puedo. No se como va el crono pero no debe ir tan mal a pesar de todo lo sucedido dentro y fuera de mi cabeza. Lolo Barreiro hace su aparición estelar rugiendo en Vallecas tratando de sacar mi propio rugido y corriendo a mi lado durante varios metros. Aquello me fascinó al igual que el año pasado. Y al igual que el año pasado, el Rock Runner de Luis Blanco vuelve a motivarme para llegar hasta meta.
En el tramo de cada año donde siempre espera la manada, vislumbro a Rose y a la mami de Gon junto a mi padre chillándome a tope y a pesar de que aprieto todo lo que puedo y acelero de satisfacción, algo falta y no puedo más que expresar con cierto estupor mis 37:24 con los que cruzo la meta. Así es. No era el día. Y por más que me empeñe en disfrutar fue difícil, por el flato por las circustancias y por todo a la vez. Me empeñé y no lo logré, mal acostumbrado por otros años en la misma fecha.
Veo a Carlos Barco que se marcado un sub 34 y aquello me anima a cambiar la cara mientras le felicito y espero a mis compañeros que no tardaron en llegar, Fran, Javi y Lau a pesar de que, siendo la carrera más especial para mi, no era el día.
Como bien dice Darío, "lo tengo" en las patas y estas cosas pasan pero algún día volverá a salir.
¡Feliz año para todos!
Con mucha incertidumbre y expectación partía hacia el Bernabeu. Unos sentimientos que llevaban cocinándose un par de meses a los que se le habías sumado otros que no favorecían nada la competencia que se avecinaba. Pero la vida es así y es nuestra manera personal de enfrentarnos a cada situación y de manera inalterable la que nos define tal y como somos.
Así que allí en la puerta del Centro moda Shopping aguardaba junto a Javi, Laura y Fran la llegada de Gon. Y Gon no aparecía... Aunque podría decirse que si pero no para nuestros ojos. De alguna manera fortuíta nos cruzamos y no logramos vernos. Así que prestos a entrar al cajón de nuestro tiempo nos dirigimos hacia allí con la pena de no ir junto con Gon. Mi cabeza llevaba días tejiendo una gruesa tela que enmarañaba mis pensamientos y que ese día seguía de igual modo. Carol no podía correr por causas del destino (nada alegres además) y mi cabeza vaya si lo sabía. Aquel día, no era el día.
Allí en el cajón, junto a Carlos Barco y mis compañeros calentábamos mientras saludábamos a gente como Shinichi Sasaki entre otros. Bien colocados para la salida aguardábamos el pistoletazo. Concentrado al 100% Carol estaba en mi cabeza como siempre pero con preocupación esta vez, alejado un poco del positivismo del que hago gala. Con el circo de Nike siempre presente de manera física trato de abstraerme psicológicamente, pero algo no va bien. ¡Pum! Salida desenfrenada y trato de mantener la velocidad sin pasarme, subiendo Concha Espina poco a poco y al giro para Serrano donde se producen los primeros empujones que exacerbarían la comodidad de la carrera al principio. Veo a Carlos lejos y bien ligero. Desciendo por Serrano a un ritmo medio de 3:35 tratando de hacer volar pensamiento positivos y apretando los dientes en un intento (fallido) de sacar a relucir mi clásica adrenalina en estos entuertos. Atravieso La Puerta de Alcalá ligero y casi al instante soy preso de un flato que me agravaría más de lo que pensaba.
Con Fran, Carlos javi y un "espontáneo" (¿CalzoncilloMan?) |
Como si de una puñalada en el abdomen se tratara, aquel característico dolor del corredor me hace descender poniendo los pies en el suelo y "aflojando" el ya lento ritmo a nivel personal que ignoraba que llevara. Trato de respirar en una mueca de dolor tratando de salir de aquello, sabiendo que puedo y generando optimismo en mi interior. Atravieso Atocha y enfilo la Avenida Ciudad de Barcelona aguantando el dolor y tratando de que desaparezca como otras veces. ¡Lo logro! y trato de ir subiendo pulsaciones en esa tarde fría mientras sigo viendo a compañeros ir ganando posiciones al pasar a mi lado. Athos, Jara y Carol siguen en mi cabeza mandando energía positiva que pasaría por un filtro que no estaba en sus mejores condiciones. Al paso por Vallecas veo al crack de Quique y Arturo gritándo como campeones y entonces inicio el ascenso de la larga cuesta. Mentiría si dijera que no me arrancaron una sonrisa. Aguanto la "eterna cuesta". Subo y subo cuando entonces me animan a tope: "¡Vamos Juanqui!¡Vamos esta es la tuya!". Es Mario, todo un crack practicamente de la familia. Otro que logró hacerme sonreír cuando menos me apetecía a pesar de que no era el día.
Ascendiendo e inmortalizdo por Mario |
En el tramo de cada año donde siempre espera la manada, vislumbro a Rose y a la mami de Gon junto a mi padre chillándome a tope y a pesar de que aprieto todo lo que puedo y acelero de satisfacción, algo falta y no puedo más que expresar con cierto estupor mis 37:24 con los que cruzo la meta. Así es. No era el día. Y por más que me empeñe en disfrutar fue difícil, por el flato por las circustancias y por todo a la vez. Me empeñé y no lo logré, mal acostumbrado por otros años en la misma fecha.
Veo a Carlos Barco que se marcado un sub 34 y aquello me anima a cambiar la cara mientras le felicito y espero a mis compañeros que no tardaron en llegar, Fran, Javi y Lau a pesar de que, siendo la carrera más especial para mi, no era el día.
Como bien dice Darío, "lo tengo" en las patas y estas cosas pasan pero algún día volverá a salir.
¡Feliz año para todos!
Valoración final en
El Calidómetro