De nuevo ese día. Ese pico de forma. Ese evento tan especial. Como le comente a Fran junto con Javi, desde que te subes al metro hasta que sales de él estas experimentando unas sensaciones muy especiales. Y el momento en el que llegas a Concha Espina es muy comparable (lo hicimos en plan coña, al son de la música de John Williams) al momento en el que se abren las enormes puertas del parque de dinosaurios: "Bienvenidos a Jurassic Park". O lo que es lo mismo, bienvenidos a la San Silvestre Vallecana.
Había pasado casi toda la mañana haciendo cosas, limpiando, organizando la casa... Me había levantado tarde tratando de reposar al máximo posible. Al final comí a la misma hora que siempre, sobre las 14:30, un buen plato de carbohidratos, arroz con un poco de comino y soja terminando con un plátano. Una buena ducha y me envadurno las piernas con el
gel recuperador y activador OXD y después reposo ya con el traje de batalla, mi ansiada pulsera del cajón de menos 38', junto a Carol y Athos en el salón. Me pongo en el iPhone un par de temas de la BSO de Rocky IV que tanto me emociona y logran despertar en mí sensaciones positivas y de lucha:
"Training Montage" y
"Hearts on fire".
Días atrás, Héctor ya había puesto su confianza en mi:
"Tienes MMP en tus piernas". Pero en mi cabeza a veces resulta difícil confiar mucho en mí mismo, más cuando cada vez resulta más difícil bajar los tiempos.
A decir verdad ví algo tarde y demasiado ambicioso mi objetivo de este año, bajar un minuto más del año pasado, por debajo de 38'.
Cargado el reproductor mental y llegada la hora, me preparo. Un café americano siempre me da el último "punch" que necesito. La parte negativa del día es que Carol estaba con una especie de complejo gripal y estaba para no salir de casa. Se que a la pobre le molestaba más que a mí no poder ir. Y aunque sabía que la echaría de menos, también sabía que si podía estar en cada carrera y en cada kilometro, también estaría allí, aunque no fuera físicamente.
Dichas las "palabras mágicas" por ella, me dejo inundar de su buena energía y de la que contagia Athos, nuestro nuevo perro del que hablaré más adelante, un galguito que desborda electricidad y velocidad con cada movimiento. Su chapa en forma de rayo, toca mis dedos inundandome de esa energía.
Recogido Fran y luego quedados con Javi, llegamos al Bernabeú. Sensaciones repetidas y sensaciones nuevas. Hemos llegado con el tiempo justo, sin prisas pero sin que sobre. Nos ponemos a calentar mientras le explicamos a Fran los accesos y demás intríngulis del día. Ver la cara de Fran es ver la de un niño disfrutando de un juguete nuevo nunca visto antes. Nos embadurnamos con el
Aceite de precompetición Térmico Galius Sport y nos vamos a meternos a los accesos de los cajones.
El 1º acceso al cajón se hace muy lento y una vez pasado nos separamos, "Fuerza y honor", Javi y Fran al de menos de 45' y yo al de menos de 38'. Llegó nuevo a ese sitio y me invade una sensación de bienestar, aquello es un avance,
siento que me he ganado el premio a estar junto a los "más rápidos". Hago movimientos estáticos en el cajón y después de la parafernalia de siempre suenan unos segundos de optimista "Beautiful day" de U2, unas inspiraciones profundas y rápidas para calentar los pulmones y el diafragma y de repente me viene una visión del objetivo:
"hoy es un buen día para hacer marca", digo para mis adentros. No quiero que suene a prepotencia, sino a una especie de visualización del futuro o de autoconfianza en mi mismo: de repente, me veo calmado pero repleto de energía, con las ideas claras y listo para todo, hemos entrenado duro, mucho, con este día en mente. Mis ojos no pierden de vista la cuesta de Concha Espina, mi mirada es concentración al 100 %.
¡Pum! después de la cuenta atrás y ese pistoletazo, paso por el arco de salida en menos de 4 segundos y aprieto el crono. Salida viva para coger buena posición y correr agusto. En mitad de cuesta, como no, giro la cabeza y me quedo maravillado. La cuesta no se hace dura, si se hace un poco el tener que aguantar a gente sin respeto y con mucha caradura y bastantes problemas propios como el tipo que se coloca justo en la esquina del cafe Fiat para girar a Serrano, inmóvil y con los brazos en cruz, mostrando una desagradable sonrisa. Un corredor tras otro pasan a su lado rozándole hasta que se lleva más de un codazo. No se como acabaría pero no creo que repita la vil hazaña. No obstante y aunque habían puesto vallas para que no se metiera gente sin dorsal en la carrera, se empiezan a unir corredores a la carrera, muy lentos y molestos. Una vez más una gran falta de respeto que muchos corredores que han pagado su inscripción, denuncian mediante empujones y palabras. Por mi parte y aunque también sufro este hecho, creo que no es el momento de molestarse,
mis energías están limitadas para canalizarse a través de mis piernas al asfalto: recorto, giro y burlo a esta pesadilla de gente que debería colocarse al final de la salida en Concha Espina. Paso el primer kilometro en 3:40, la cosa va bien y no veo al globo de 38'.
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Happyrun!: Carol y Athos en mi cabeza. |
Un fotógrafo en moto me bombardea a fotos y más adelante le pido una para mi chica mientras miro a la cámara con un puño en el pecho y la otra mano apuntando a la cámara. La imagen de Carol y Athos animándome a seguir, resuena con fuerza en mi cabeza.
Bajo por Alcalá y me siento especialmente rápido y algo eléctrico.
Carol, desde la distancia sigue haciendo lo que mejor sabe hacer: dibujarme una sonrisa. Una sonrisa que bombea adrenalina por mi cuerpo. Un ligero flato empieza a aflorar, pero rápidamente se que puedo controlarlo y hacer que desaparezca.
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¡Esto es disfrutar corriendo! |
Al paso por Atocha suena "Maneras de Vivir" amenizado por un grupo de rock al que saludo con los "cuernos" mientras sigo corriendo. El cantante se percata y me devuelve los ánimos gritando por el micro. Mi cabeza sigue con una motivación excepcional:
si tengo tiempo para saludar significa que no voy especialmente mal. La gente se amontona por toda la calle a ambos lados, lanzando ánimos. Voy recogiendo toda esa energía y convirtiéndola en algo que me ayude a tirar hacia adelante. Cuando comienza la cuesta de la Albufera sigo a buen ritmo, el globo de 38' está más cerca pero no quiero dejar que me coja, he entrenado muy duro para lograr lo que quiero hoy. Ánimo a un par de corredores que parecen flaquear. A mitad de cuesta las fuerzas se notan, decaen un poco y es el momento de luchar: no decaigo, genero más imágenes positivas y concentrado al 100% en la respiración sigo a un ritmo bastante vivo. ¡LUCHA Juanqui!, es lo que grito para mis adentros. Veo el giro a la derecha que indica el final de la cuesta. Me pongo un poquito más rápido. Más adelante reconozco a Fabián Roncero tirando de la 4ª mujer en carrera. Después de seguirles de cerca, les paso, faltan apenas 500 metros, mientras miro al globo de 38' que sigue bastante por detrás.
¡Voy a conseguirlo! Veo la salida de los corredores sin dorsal que indica que ya se acaba aquello. Giro en candilejas, donde siempre ha estado Carol, y veo a Karmen gritando y animando.
Se que Carol está ahí, está gritándome que no pare de correr, que esprinte y segundos después es como si la viera. Exploto a tope, electricidad recorriendo el cuerpo otra vez, girando hacia la izquierda y viendo el crono a lo lejos, mientras pienso que esto va por Minky y Carol:
cruzo la meta marcando 37:30, ¡Mejor Marca Personal!
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Aquí faltas tú Carol, pero estuviste muy presente... |
¡Lo he conseguido, lo he conseguido! Son las palabras que pasan por mi cabeza y que le comunico a Carol minutos después vía móvil y casi con lágrimas en los ojos, estoy eufórico y emocionado. Veo a Fran y me abrazo a él, ha logrado bajar de los 43' minutos y también está supercontento. Javi se marca un crono de 40:20.
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Evolución en la carrera |
¡Siiiiiiiiiiiii! Un año más, lo he conseguido a mitad de temporada y con una marca que no esperaba y que, hace un par de años solo podía soñar con ella.