El zen es algo difícil de explicar, así que os responderé con preguntas (¿Lo pillaís?).
Siempre me ha gustado la cultura oriental. No soy extremista (creo) pero siempre fuí ladrón de oído, como decía Camaron de la Isla y creo que es importante ser como un "colador" y retener ciertas cosas mientras dejas pasar otras que consideras menos importantes.
Cuando corría a los 15 años alcanzaba una especie de paz y tranquilidad, difíciles de explicar y que jamás había experimentado antes. "Salgo a correr para relajarme y conectar", es algo que la gente no está acostumbrada a escuchar y les suena a "chino" (o japones, ;) ).
Fue pasada esta época de atletismo y mientras me encontraba tras la batería de un grupo de rock, que quise indagar más en la meditación, en que trataba eso de ponerse sentado en el suelo y mirar a la nada. Indagando, leyendo, investigando y sobre todo preguntando a mi primo Gumer, gran conocedor de la cultura oriental, llegué a conocer lo que significaba todo esto e incluso tuve la fortuna de poder meditar con éxito, si puede describirse así de alguna manera. Lo que me cautivo fue las sensaciones tan buenas, placenteras y de tranquilidad que experimentaba. Espera espera. Todo aquello me sonaba, me resultaba familiar. Aquello ocurría también cuando corría. Ese estado especial, a veces difícil de alcanzar se daba tanto cuando meditaba como cuando me ponía a dar zancadas con mis zapatillas. Seguí meditando...
Así que cuando volví a correr, pasados esos diez años me sobrecogió de nuevo la idea acerca de lo mucho que se parece la meditación y el correr. ¿Casualidad? Lo que si es cierto es que ambas actividades adquieren una perspectiva similar cuando son practicadas de cierta manera y en un estado que a veces, no es fácil alcanzar...
La meditación y el correr se parecen bastante y es que, según me comentaba mi primo Gumer, en una de nuestras muchas charlas, hay monjes que meditan mientras pasean. Es decir, no tiene por que ser algo meramente estático. Y es que si una de los principios de la meditación es El Vacío, correr tiene mucho que ver con ella.
Meditar, según el zen, es la condición natural de la conciencia humana, que comprende por sí sola el significado de su existencia. Esta percepción se interrumpe por la agitación o el interés en los asuntos de la vida cotidiana que absorben nuestra atención. La práctica de un sistema o rutina de meditación devuelve a la mente a ese estado básico y primordial. Algunos maestros zen dicen que meditar es «tocar el corazón» del ser humano. ¿Cuán humanos nos sentimos al correr? ¿Cuán primarios nos sentimos zancada tras zancada? El ego desaparece y tomamos conciencia de nuestra propia existencia, de nuestro lugar en el mundo.
Algunos llaman a la respiración "el principio de la vida": es el puente entre el cuerpo físico, el estado de ánimo y la mente. ¿Cuán relacionado está este punto con el correr? Muchísimo. Una de las cosas a potenciar cuando empiezas a correr es la respiración. La respiración es ritmo, fluye, es armonía y dentro del caos es orden. Es puro ZEN: coje "nada" para llenarnos de "TODO". Y de ahí, nace el corredor.
Muchas técnicas para la meditación varían desde las que observan la respiración, visualizar algún pensamiento positivo hasta las que se basan en tipos de compleja «alquimia espiritual». ¿Os suena todo esto cuando correís? A mi sí. Una imagen positiva nos devuelve la fuerza cuando parece que nos falta, nos anima y nos hace tirar hacia delante.
También existen las meditaciones sin objeto con una tensión mental nula. Podemos dejar fluir libremente las imágenes mentales, salgan las que salgan, sean claras o confusas, como cuando se está a punto de caer en los mundos de Morfeo. Las sensaciones al correr son practicamente estas. Pensamientos
que surgen sin sentido, ideas descabelladas y que muchas veces acaban
construyendo un sencillo todo a lo que dar explicación coherente. ¿Cuantos pensamientos surgen mientras corremos sin necesidad de evocarlos?
Estudios revelan que la práctica de una técnica o rutina como la meditación, ayuda a las personas con diferentes cuadros de estrés. ¿Cuánta tensión liberaís al correr?
Meditar ayuda a reordenar la mente y calmar la ansiedad. Mejora la comprensión de objetivos y motivaciones y equilibra el carácter. ¿Cuántos problemas han quedado resultos después de un rodaje de eternos pensamientos? Ese problema sin solución aparente queda resuelto como por arte de magia mientras corrías.
Por el estudio de la respiración y la postura corporal se mejora la salud en general y se reconduce el metabolismo a su funcionamiento óptimo. Sobra decir los reportes físicos que genera correr ¿verdad?
Algunos estudios científicos hechos en Japón acerca de la meditación zen registraron diferencias significativas entre el funcionamiento del sistema nervioso y cerebral de personas que meditaban regularmente y el de las que no. ¿No es algo muy patente entre la gente que hace ejercicio y la que no lo hace?
Otros estilos de meditación otorgan igualmente distintos beneficios a la salud mental y física de sus practicantes, especialmente un mejoramiento de la inteligencia emocional y del sistema inmunitario. Entre los más comunes se encuentra el alivio del estrés.
Sin duda, la meditación y el correr tienen una relación muy estrecha.
Sin duda, la meditación y el correr tienen una relación muy estrecha.