Un Deja Vú asaltaba mi cabeza desde casi la semana pasada.
Casí idénticamente a la anterior carrera aunque un pelín más descansado (y no por la obra) y con algo más de nerviosísmo, llegué a la Carrera de los Emprendedores. Esa semana aparte de alguna serie, le había dedicado más tiempo al Pladur junto a mi primo y Schumy. No obstante una sensación interior de más respeto, sumado a un correcto calentamiento y a una llamada que me motivo de manera IMPRESIONANTE e INESPERADA (es increíble lo que puede hacer la mente) hizo cambiar esa sensación de cierta inseguridad que llevaba colgada a la espalda. Después de oír "algo" que necesitaba, ese peso se descolgó totalmente y no se como de repente supe que todo iba a ir mejor que la anterior vez.
Con Luis Gancedo (¡cómo me alegro de haberte vuelto a encontrar!), su hermano Ruben, Héctor y Schumy ya pasado el calentamiento y estiramientos, fuimos a la salida. Me coloqué algo más atrás de lo que debería, a unos 5 metros de la salida, pero necesitaba ponerme allí.
Con Luis Gancedo (¡cómo me alegro de haberte vuelto a encontrar!), su hermano Ruben, Héctor y Schumy ya pasado el calentamiento y estiramientos, fuimos a la salida. Me coloqué algo más atrás de lo que debería, a unos 5 metros de la salida, pero necesitaba ponerme allí.
Salida dada y muy concentrado, imágenes de la anterior carrera sobrevuelan mi cabeza como sombras hasta que logro disiparlas y logro encontrar un "vacío esencial" que tanto me ayuda. Me siento más ligero, pero no pierdo la concentración en la respiración y me veo con fuerzas suficientes para darle más cera. Así que llegado a la Avenida Menédez Pelayo me dejo caer con facilidad.
Me uno a un grupo que venía fuerte por atrás y sigo al lado y tirando de ellos, aunque trato de fomentarme la idea de competición "contra mi mísmo". Las fuerzas siguen, y la capacidad de sufrimiento se mantiene bien. Algo ha cambiado, esa llamada lo ha hecho, estoy seguro. La cuesta de Alfonso XII se sube fácil y al girar a la derecha, el Diablo sonríe de nuevo. Así que como decía más o menos Máximo Décimo Meridio en Gladiator, decido "devolverle la sonrisa". En la cabeza surgen las cuestas de esta semana, más empinadas aún. Llego arriba y mantengo el ritmo para darme cuenta de que se ha variado el circuito ligeramente. Veo a Schumy y le ánimo.
Ese último kilómetro acumúla en mi cuerpo ganas de llegar, la adrenalina lucha por salir, y antes de girar a la recta final empieza a fluir lentamente. El Pensamiento Alegre vuelve de nuevo y llega el momento de darlo todo, de disfrutar al 110 %, y recordar esa musiquilla transmitida vía móvil. Gano tres puestos, sincronizando mis músculos de las piernas con los que generan una sonrisa de felicidad en mi cara. Eché de menos su presencia física pero lo bueno del Pensamiento Alegre es esa capacidad para meterse en mi cabeza, donde sea, como sea y cuando sea.
Mi reloj, al igual que en la clasificación marca 18:29 y en 24 posición. Como dice Schumy, "recupero las Buenas Sensaciones".
La "fotoblog" a petición de Héctor · Hector y su blackberry & CO. |
Pero la alegría no termina ahí, ya que nada más terminar y enterarme de que Héctor ha quedado 3º, Luis 4º y Schumy ha vuelto a rebajar su tiempo, conozco personalmente a Arturo, Quique y Darío, que me dan unas buenísimas impresiones. ¡Encantados bloggeros! Sois más majos en persona todavía.
Bolsa del corredor, con Gatorade, agua y publicidad, todo dentro de una mochila-bolsa verde. Luego, degustación de cafe, zumo de naranja y bollos por parte de la organización. Todo muy currado, otra enhorabuena más para la A.D. Marathon. Esperamos a Héctor a subirse al podio y luego nos fuimos.
Bolsa del corredor, con Gatorade, agua y publicidad, todo dentro de una mochila-bolsa verde. Luego, degustación de cafe, zumo de naranja y bollos por parte de la organización. Todo muy currado, otra enhorabuena más para la A.D. Marathon. Esperamos a Héctor a subirse al podio y luego nos fuimos.
Valoración final en
El Calidómetro
El Calidómetro