De las pocas carreras emplazadas a las 12 de la mañana, la Carrera Solidaria por la Esperanza, organizada por FEDER con fines solidarios para las familias que viven las Enfermedades Raras, era una de ellas. Desde luego no sentó nada mal, el no tener que madrugar tanto un domingo.
Quedada en Hortaleza con Alberto, Javi, Jose, Mac, Sonia, Minki, Vane y Carol y en marcha hacia La casa de Campo. No tardamos mucho en aparcar gracias a la habilidad de José.
Calentamiento, estiramientos y todas las rutinas de rigor en un lugar ideal para correr. El tiempo parecía mejorar por momentos. Mi primo, estrenaba en carrera, después de haberlas domado, sus nuevas Asics Speedstar 4, versión nueva de las anteriores que gasto yo. Estaba encantado con las sensaciones que le habían causado.
Allí la espera hasta la salida se hizo algo larga. Irónicamente, algo apretados llegamos a la linea de partida, en donde no nos colocamos más que a unos 6 metros del arco de salida. Pistoletazo, y allá vamos. Un pequeño acelerón sorteando gente para colocarnos a correr un ritmo cómodo. Era consciente de que venía fuerte de las series, aunque algo "cargado", ya que ha sido una semana mal planificada por los entrenos de calidad fuertes y poco descanso, en disposición a la carrera. El constipado que llevo arrastrando este mes tampoco ayuda. No obstante me coloqué rápidamente en un grupo donde pude correr cómodamente. Por primera vez en muchos años, la cabeza de carrera no distaba ni 200 metros metros de mí, algo que a la par que me asustó, me motivó.
Equipo, ¡AU! (¡nos faltan Mc y Sonia!) · Euforia desatada (¡qué nunca falte!) |
Tirando y tirando poco a poco, en el giro de 180º, veo a Minki y Jose que vienen fuertes, a tan solo unos 50 metros de mí. Voy a un ritmo cómodo pero rápido, aunque no consigo ver ni un punto de cada kilómetro para variar. Hubo un punto de la carrera, en el que nos juntamos demasiado los que subían con los que bajabamos, algo a tener en cuenta por la organización de cara al año que viene, ya que hubo algún que otro peligro de choque. Voy tan centrado y concentrado que ni veo el avituallamiento. Tan poco me hubiera hecho falta, venía muy bien hidratado, y para un 5.000 no era imprescindible.
Llevo solo un cuarto de carrera, el grupo que va por delante está a unos 50 metros pero no consigo recortar y por detrás no viene ningún corredor. Me hallo en Tierra de Nadie, algo que todavía no se si me gusta. A los pocos minutos oigo una respiración fuerte y un corredor se pone a mi lado preguntándome donde quedaba la meta. Le indico y le animo a seguir fuerte, ayudándome a subir un poquito el ritmo y acercándonos más al grupo anterior a nosotros. No puedo mantener el ritmo y se me escapa a la par que me adelanta otro más. Un esfuerzo más. Un poco de fuerza, recordando los entrenos me hace pegarme como un imán a ese último corredor que me había pasado. 400 metros antes de la llegada, visualizo todo lo que queda por correr. Instintivamente subo el ritmo, le cojo y le paso. Giro a la derecha enfilando el final y arco de meta, veo gente a ambos lados del circuito. No dejo de buscar mi Pensamiento Alegre, y empiezo a esprintar cuando la veo, cámara en mano. Con la sonrisa de oreja a oreja y el cuerpo sintiendo la velocidad, cojo al otro corredor y me invade una euforia enorme al llegar al arco de meta.
¡Sí! 17:50 para cubrir un distancia de unos 5.000 metros. He ido muy bien y aún queda temporada. La sorpresa me llega cuando antes de un minuto tratando de coger aire, llega Minki y Jose y al momento Javi y Alberto. Sonia llegó algo más tarde y Mc mejoró aún más su marca.
Gracias Vane y Carol, por estar allí cuidando nuestras cosas y a nosotros.
Una carrera sencilla pero bien organizada por la A.D. Marathon y con fines benéficos. Recomendable.
Valoración final en