Amaneció mal y anocheció mal. Pero hubo un instante en la mañana en la que lució el sol. Y no fue solo en nuestra cara. A eso de las 10 ya estábamos por Coslada, Vane, Carol y yo recogiendo los dorsales para Jose y para mí. Jose llegaría instantes después y comenzaríamos a calentar.
Sinceremante llevaba unas semanas un tanto extrañas. Es difícil plantearse un nuevo reto y una nueva motivación cuando has destrozado tu crono tan recientemente, has puesto tanto coco en ello y tanto esfuerzo físico. Así que me hallaba en un terreno un tanto desconocido en busca de "algo que buscar". Los últimos entrenos no habían sido duros y habían costado. Una ligera afección de garganta complicaba un estado de forma ideal. Así que dejámos aquello en manos de la supercompensación de los entrenos de diciembre.
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¡Qué haríamos sin vuestra ayuda y apoyo! |
El cross de Coslada se planteaba como una nueva toma de contacto gracias a Jose, que me había advertido de él, y encima gratuito. El retraso de 10 minutos nos sorprendió pero nos dejó tiempo para afianzar más a la temperatura correcta para el motor. En linea de salida estábamos los dos atentos a la salida. ¿Cómo saldría aquello?
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El previo lleno de incertidumbre |
Sin tiempo para pensar, ¡pum! nos lanzamos al terreno de batalla, Jose por delante de mí. ¡Vamos! Cogemos un ritmo bastante bueno y nos situamos entre los primeros 15 puestos. Jose me hace indicaciones de que tire y le hago caso: me veo bien, ya veremos más adelante. La primera bajada ayuda bastante a la velocidad, todos vamos lanzados, pero lo que venía más adelante, "filtraría" de alguna manera a los más valientes: un buen repecho le frenaba los humos a más de uno. El grupo de cabeza está a unos 15 metros por delante y en fila india tiran por el lado izquierdo. Vuelvo a buscar esa extraña "soledad" por la derecha, buscando cierta calma que me ayude a tirar. La cuesta se hace dura, y tras salvarla descubro que hay otra, aunque más pequeña. Salvado el primer tramo duro nos encaminamos hacia el paso de la primera vuelta de un circuito que casi marcaba los 2,5 km exactos. Me siento ligero, adelanto un corredor animándole. Korima.
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Siguiendo la estela del gran Jose |
Al paso por la linea de salida, prueba inequívoca del ecuador de la distancia, Carol y Vane se desgañitan en animarme, ¡GRACIAS CHICAS! Aquello me eleva y tiro para adelante adelantándo a otro corredor al que animo, ¡vamos! Aquello le motiva y me sigue de cerca. Miro hacia atrás en busca de Jose para lanzarle energía en forma de voz. Pero no le veo. "¡Se ha roto el grupo tío!", me dice el compañero. No importa, yo solo buscaba a Jose para darle apoyo. Sigo hacia adelante, me siento genial, me veo potente, aquello no es el reflejo de esos entrenos, ¡voy genial! El destino me hace pasar al lado de un galguito que no hace más que evocar en mi cabeza a Athos y Jara animándome mientras me voy alejando más y más del compi. De nuevo la cuesta. Esa vez parece más empinada, pero sigue siendo la misma. El tema que llevaba en el "reproductor" durante la Vallecana, Rise, aparece para lanzar un poco de inspiración al asunto. En la cabeza se dibuja la idea de que me pasarán en la cuesta, voy rápido pero no es nada fácil. Hay veces que mola equivocarse ;) .
Sigo solo y me voy alejándo más aún de un perseguidor. El grupo de cabeza me saca unos 40 metros: ambición, estáte tranquila, hay que saber donde debemos estar.
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Cuando la felicidad en estado puro, pugna por salir |
La meta está cerca y la sola idea de ver a Carol (y a Vane por supuesto) me hace avanzar más. Veo el desvío y aprieto mientras me dicen que voy el 11º de la prueba, ya no queda nada. Quiero esprintar. En mi cabeza solo pienso ya en ello, "¿por qué esprinto?", me pregunto. No es por adelantar ni ganar posiciones, aquello va más allá de todo ello, la competitividad se desdibuja dando paso a un plano muchísimo más transcendental. Y entonces a falta de 200 metros cambio y exploto: felicidad en forma de electricidad recorre cada poro de mi piel mientras veo a Carol y a Vane, marcando un tiempo de 17:52 en la 15ª posición de la general, 7º de mi categoría.
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Compañeros dentro y fuera del campo de batalla |
Salgo pitando en busca de Jose, no he podido verle durante la carrera y tengo esa necesidad: el crack apenas me deja tiempo, a falta de 50 metros le veo y me pongo a su lado aréngandole "¡Vamos Jose, vamos máquina!". Jose es un magnífico esprinter, nadie le hace sombra al entrar por meta.
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Jose al esprint, sin rival |
Magnífica la organización que puso todo su empeño en que aquel evento saliera bien, por que salió estupendamente.
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Equipo para la vida |
Aprovecho para darle la enhorabuena a Rose y Gon, a los que tratamos de ayudar como pudimos en el traslado a su nuevo hogar: FELICIDADES CHICOS, FELICIDADES PELUDOS.
Valoración final en
El Calidómetro