Y tras un año con el citado plan, la cosa ha ido muy bien. En el momento en el que escribo esto, ha pasado exactamente 365 días, 5 meses y algunos días. La mejora ha sido considerable y los beneficios de esta nueva planificación han quedado patentes.
Menos estrés muscular (porque claro, hablar de cero estrés en este ámbito sería engañar), menos probabilidad de lesiones (ninguna con estos entrenamientos) y eso si, cero estrés mental. Y este último punto es interesante alarargarlo más y relacionarlo también de algún modo con el primero, el estrés muscular.
Si bien es cierto que he seguido tratándome muscularmente con Shiatsufem a los que no puedo dejar de recomendar y de esta manera ir eliminando pequeñas contracturas o un tono muscular excesivamente elevado, la estructuración de este plan y su programación me ha hecho poder afrontar una temporada entera y pasar a la siguiente sin descanso. Sí, sin esa parada anual que llevaba haciendo durante toda mi etapa deportiva (y ya van casi 25 años) y que no había dejado de hacer. No significa que estuviera mal hecho. Significa hacer las cosas de otro modo. Y hacia eso se encaminaba esta idea. No tuve ni la fatiga mental ni muscular como para ir pidiendo ese descanso que temporada tras temporada había necesitado. Al revés, seguía motivado a querer mejorar ¿Por qué? ¿Qué fue clave?
La clave fue la readaptación de la intensidad. Esto es, es el saber modificar los ritmos marcados tras el test VAM del año pasado e investigar que aunque muchos estudios marcan 5 zonas de entrenamiento, al trabajar solo con 3 iba a ser suficiente, encaminados a carreras de resistencia. Ha sido ese "retoque" en los ritmos, lo que ha marcado la guinda de todo este pastel. Una guinda muy importante. Los ritmos apenas se han modificado (por no decir que nada) y la mejora ha sido una constante en todo este año.
A la hora de competir, más de 40" de mejora en un año en un diezmil es algo considerable y más cuando empezamos a hablar de tiempos por debajo del sub 38. Es importante tener en cuenta de que ya no soy un chavalin "eléctrico" y que recuperaba de un día para otro. En las clasificaciones, al lado de mí nombre aparecen normalmente ya las siglas "VET" de veterano. Aún así he sido capaz de competir más rápido que en los entrenamientos e incluso de ir más rápido que otros atletas que entrenaban más fuerte. Esto es algo, que resulta asombroso. Y seguiremos hacia delante hasta ver donde llegamos.
Al final los beneficios del plan han sido muchos y he sacado las siguientes conclusiones:
· Menos estrés muscular.
· Menos estrés mental.
· Menor riesgo de lesión.
· Mayor motivación (al ir mejorando poco a poco).
· Mayor seguridad (a la hora de enfrentar entrenos y competiciones).
No son pocos ¿eh?
¿Para que sirve esta entrada? Para confirmar el buen camino tomado, en el que seguimos aprendiendo cosas y por el que seguiremos si se nos permite hacerlo.