Fin de temporada. Y cúmulo de sensaciones. Y de las buenas. Y el segundo triatlón que hacía. Fran y yo estábamos allí a una hora de la salida junto a sus papis, Lau y Carol. Mi papi, Rosa y Gon venían de camino a dar apoyo. El día se presentaba bien en la Casa de Campo de Madrid: buena temperatura, algo de calor y un cielo despejado.
Primer incidente: la válvula de Fran se rompe al hincharla causando el nervisísmo de este. Sin problema cambiamos la cámara y lo dejamos todo listo encaminándonos a boxes. Allí colocamos las dos bicis, una al lado de la otra con sendos dorsales 295 y 294. Alegría y sanos nervios por doquier. De nuevo con la familia, llegan Rosa, Gon y mi papi: nos disponemos a calentar. Hay ganas. Y de disfrutar. Por allí andaría también Alberto Blanco, todo un crack que iba a animar a un compañero.
Al despedirnos de los nuestros nos vamos a la fila de salida controlando que la 4ª era nuestra tanda de salida: los gorritos dorados a lo Burbujas de Freixenet. "No tengo prisa por unos segundos, qué salgan todos y luego con hueco salimos nosotros ¿ok?" me decía Fran. No podía estar más de acuerdo. Así que, dado el bocinazo de salida, no miramos y chocamos las manos con complicidad y nos lanzamos al agua. En el mismo aire, logro darle al crono antes de entrar en el agua (casí el mismo error del año pasado, me acordé de Gon, jejeje).
En el agua
Los primeros 200 metros iría pendiente de Fran instintivamente, con el que me había chocado durante al menos 100 metros desde la salida. Me veo cómodo, más tranquilo y con una respiración más calmada y rítmica que el año anterior. Mi crol me hace avanzar optimamente a través del oleaje creado en el Lago de la Casa de Campo y las pocas veces que salgo a mirar la trayectoria alcanzo a animar a algún compañero que pide disculpas por chocarse: buenrollazo. Noto que avanzo bien y como poco a poco vislumbro el pantalán. Ya cerca de allí a unos 50 metros veo a mi padre y le grito para que me vea antes sus mirada buscándome sin parar. Alcanzar el pantalán y tocarlo con tu mano es sintoma de sonrisa, de pasar una etapa y una energía tan rara como la del año pasado me llena y salgo lanzado y lleno de fuerza camino de la bici mientras me cruzo con Rose que no deja de chillarnos y Gon de hacernos fotos.
A dos ruedas
Adelanto gente hasta llegar a mi box mientras voy recuperando un poco. Allí con calma me pongo el casco lo primero y el dorsal, zapatillas, gafas... ¡y llega Fran! "¡Vamos bro, es la oportunidad de ir juntos!" le digo mientras hago tiempo para salir a la par. Sin embargo a Fran se le atascan las zapas y me dice que vaya tirando. Así fue, mientras que salía con la bici y montaba sobre ella para ver a mi familia y a Carol disfrutando de una primera vuelta no demasiado fuerte, Fran no quería perder la oportunidad de compartir emociones juntos. De esa manera y al inicio de la 2ª vuelta me coge después de darle bien a los pedales. Avanzamos juntos con unas sensaciones indescriptibles mientras nos damos relevos sin parar. Formamos un grupo "majo" del que vamos tirando él y yo. En plena bajada, se le atascaría la cadena dando un falso error del que saldría ileso. Por entonces ibamos seguíamos hablando (como en todo el sector bici) y me comentaba que parecía que fueramos entrenando por la charla. "Eso es por que estamos disfrutando" le digo. Esa serie de infortunios no hacían más que contruir la Carrera NO Perfecta con historias y momentos épicos que contar. Le comento momentos previos a bajar de la bici, que el sector de carrera es una especie de regalo para nosotros y que el disfrute es tal que se lleva genial a pesar de haber nadado y montado en bici. Nuestra familia no deja de chillarnos al paso y al bajar de la bici llegamos juntos al box y salimos corriendo a la par. Llegan... ¡Los "hermanos Brownie"!
Lo que mejor se hacer
Pisar suelo con la zapatilla es otro cantar.
Para muchos significa la parte más dura, para mí ya era puro placer en la primera zancada. A eso le sumamos el hecho de ver allí a nuestra gente y de emocionarme al ver a mi padre gritando como siempre, apoyandome como en cada cosa que he hecho en la vida, gracias papi.
Fran me dice que tire y yo le hago saber que poco a poco. No dejo de animar a cada compañero adelantado preso de la emoción y del chorreo de endorfinas generado por mi cuerpo. Al kilometro y medio me empiezo a despegar de Fran poco a poco, empujado por mi ritmo natural. No dejo de animarle y le veo guay. Aquello es un desenfreno y una orgía sinigual de endorfinas en mi cabeza, pugnando por liberarse. Me siento ligero, como si de una carrera nueva se tratase, como si no hubiera nadad ni monetado en bici antes. Adelanto compañeros y al paso por donde esta nuestra gente no dejan de animarnos y verles de nuevo, una vez más de tantas, nos insuflan energía, nos empujan más de lo que ellos jamas creeran. Laura grita comicamente "¡Vamos, corred más deprisa!". En la 2ª vuelta me cruzo con Fran cuando ya iniciaba la vuelta a meta y le veo tocandose el cuadriceps con una mueca de dolor: "Se acabó la carrera para mí tron", me dice. Sin dejar de correr le grito que no abandone, que se pare si hace falta a estirar pero que no lo deje a estas alturas cuando solo le quedan kilometro y medio. Sigo y avanzo en una lucha agridulce por las buenas sensaciones llevadas y por otro lado la situación de Fran. Confío en que se repondrá mientras miro atrá sy le veop estirar. A los 400 mestros de meta, Alberto Blanco me coge cámara en mano y me anima, quedando aquello para la posteridad con unas palabras mías sacadas de dentro.
Acelero más si cabe todavía viendo el arco de meta y esbozando una sonrisa que llevaría hasta el final. Piso el arco de meta marcando un tiempo total de 1:27:26 mientras salto de alegría y vuelo literalmente por el aire. Afortunadamente el aterrizaje fue bueno.
Iría rápidamente a la recta de meta para ver llegar a Fran y confirmar en el guerrero que lleva dentro sobreponiendose a la adversidad que se le había planteado: Fran llegaba luchando como el que más, rugiendo cual Jaguar con una satisfacción enorme al pasar la meta.
Tiempos de 16:41, 48:52, y 17:30 para los sectores de natación, ciclicmos y carrera, destacando este ultimo como el 44º mejor tiempo de unos 1.200.
Agradecer a Palmira y paco, Rosa y Gon, mi papi y Lau y por supuesto a Carol, el estar allí, por que cada grito que nos daban era fuerza, cada ánimo era aire y cada voz era todo corazón para llevarnos y empujarnos hasta el final. De ninguna manera esto hubiera sido igual sin vosotros. GRACIAS FAMILIA.
Una organización fantástica. ¡Repetiremos!
Primer incidente: la válvula de Fran se rompe al hincharla causando el nervisísmo de este. Sin problema cambiamos la cámara y lo dejamos todo listo encaminándonos a boxes. Allí colocamos las dos bicis, una al lado de la otra con sendos dorsales 295 y 294. Alegría y sanos nervios por doquier. De nuevo con la familia, llegan Rosa, Gon y mi papi: nos disponemos a calentar. Hay ganas. Y de disfrutar. Por allí andaría también Alberto Blanco, todo un crack que iba a animar a un compañero.
Al despedirnos de los nuestros nos vamos a la fila de salida controlando que la 4ª era nuestra tanda de salida: los gorritos dorados a lo Burbujas de Freixenet. "No tengo prisa por unos segundos, qué salgan todos y luego con hueco salimos nosotros ¿ok?" me decía Fran. No podía estar más de acuerdo. Así que, dado el bocinazo de salida, no miramos y chocamos las manos con complicidad y nos lanzamos al agua. En el mismo aire, logro darle al crono antes de entrar en el agua (casí el mismo error del año pasado, me acordé de Gon, jejeje).
En el agua
Los primeros 200 metros iría pendiente de Fran instintivamente, con el que me había chocado durante al menos 100 metros desde la salida. Me veo cómodo, más tranquilo y con una respiración más calmada y rítmica que el año anterior. Mi crol me hace avanzar optimamente a través del oleaje creado en el Lago de la Casa de Campo y las pocas veces que salgo a mirar la trayectoria alcanzo a animar a algún compañero que pide disculpas por chocarse: buenrollazo. Noto que avanzo bien y como poco a poco vislumbro el pantalán. Ya cerca de allí a unos 50 metros veo a mi padre y le grito para que me vea antes sus mirada buscándome sin parar. Alcanzar el pantalán y tocarlo con tu mano es sintoma de sonrisa, de pasar una etapa y una energía tan rara como la del año pasado me llena y salgo lanzado y lleno de fuerza camino de la bici mientras me cruzo con Rose que no deja de chillarnos y Gon de hacernos fotos.
Curiosa y cómica estampa la nuestra: calma y decisión |
Adelanto gente hasta llegar a mi box mientras voy recuperando un poco. Allí con calma me pongo el casco lo primero y el dorsal, zapatillas, gafas... ¡y llega Fran! "¡Vamos bro, es la oportunidad de ir juntos!" le digo mientras hago tiempo para salir a la par. Sin embargo a Fran se le atascan las zapas y me dice que vaya tirando. Así fue, mientras que salía con la bici y montaba sobre ella para ver a mi familia y a Carol disfrutando de una primera vuelta no demasiado fuerte, Fran no quería perder la oportunidad de compartir emociones juntos. De esa manera y al inicio de la 2ª vuelta me coge después de darle bien a los pedales. Avanzamos juntos con unas sensaciones indescriptibles mientras nos damos relevos sin parar. Formamos un grupo "majo" del que vamos tirando él y yo. En plena bajada, se le atascaría la cadena dando un falso error del que saldría ileso. Por entonces ibamos seguíamos hablando (como en todo el sector bici) y me comentaba que parecía que fueramos entrenando por la charla. "Eso es por que estamos disfrutando" le digo. Esa serie de infortunios no hacían más que contruir la Carrera NO Perfecta con historias y momentos épicos que contar. Le comento momentos previos a bajar de la bici, que el sector de carrera es una especie de regalo para nosotros y que el disfrute es tal que se lleva genial a pesar de haber nadado y montado en bici. Nuestra familia no deja de chillarnos al paso y al bajar de la bici llegamos juntos al box y salimos corriendo a la par. Llegan... ¡Los "hermanos Brownie"!
We got the power! |
Pisar suelo con la zapatilla es otro cantar.
Para muchos significa la parte más dura, para mí ya era puro placer en la primera zancada. A eso le sumamos el hecho de ver allí a nuestra gente y de emocionarme al ver a mi padre gritando como siempre, apoyandome como en cada cosa que he hecho en la vida, gracias papi.
Etapa del disfrute en el triatlón |
Acelero más si cabe todavía viendo el arco de meta y esbozando una sonrisa que llevaría hasta el final. Piso el arco de meta marcando un tiempo total de 1:27:26 mientras salto de alegría y vuelo literalmente por el aire. Afortunadamente el aterrizaje fue bueno.
¡Volare, uooooooo! |
Tiempos de 16:41, 48:52, y 17:30 para los sectores de natación, ciclicmos y carrera, destacando este ultimo como el 44º mejor tiempo de unos 1.200.
Agradecer a Palmira y paco, Rosa y Gon, mi papi y Lau y por supuesto a Carol, el estar allí, por que cada grito que nos daban era fuerza, cada ánimo era aire y cada voz era todo corazón para llevarnos y empujarnos hasta el final. De ninguna manera esto hubiera sido igual sin vosotros. GRACIAS FAMILIA.
Una organización fantástica. ¡Repetiremos!
Agua, 750 m |
Bicicleta, 3 vueltas, 20 km |
Carrera a pie, 5 km
Valoración final en
|