12 jun 2010

II Carrera ASTAMON (6.700 m)

Un gran amigo (gracias Mickey) me avisó por sorpresa de esta carrera de la que no tenía ni idea. De improvisto me apunté casi dos días antes, y con cierta curiosidad ya que no la había visto anunciada en ningún sitio antes.

Cuando llegamos al sitio donde se celebraba, en Las Tablas al lado de Sanchinarro, aquello olía a carrera humilde de barrio, y caray, como se agradecen carreras así: gente muy implicada, buena atención por los organizadores... Me recordó a mis tiempos de atletismo infantil, esas carreras, de público no masivo con un carácter especial, acogedor, humano y lleno de emociones, quizá por las ganas y la ilusión con la que se preparan.

Para empezar destacar que la inscripción a la carrera era gratis, cosa poco frecuente hoy en día y que enaltece bastante a dicha organización, RUNAKAY: un hurra por vosotros. Casi nadie hoy en día "regala" carreras de este modo, como antaño ocurría. También la poca distancia que había que recorrer me llamó la atención dentro de la homogeneidad de los circuitos modernos: 6.700 m aproximadamente. Así que otro hurra para la organización.
En buena compañía: Schumy, Raúl y yo de izq a dcha.

De este modo recogimos mi dorsal y nos dieron dos más para mis amigos, que no habían podido apuntarse. Acto seguido, calentamos, estiramos y nos dirigimos a la salida.

Nuestra salida fue bastante atrás, no íbamos locos a hacer marca ni con unas ambiciones extremas, sino única y exclusivamente a disfrutar. Con un ritmo bastante ligero, me coloqué delante de Schumy y estuve atento de por donde se movía. Antes de la primera vuelta ya me había cogido y durante aproximadamente 1 km fuimos juntos, hasta que mis capacidades no daban tanto de si como las suyas y le dije que tirara. Así poco a poco, vi como se iba a alejando. Varios niños de menos de 8 años y situados al lado derecho ofrecían una botella como avituallamiento en la segunda vuelta.

Schumy, más fuerte de lo que él pensaba y yo.

Manteniéndome un poquito a ritmo la tercera vuelta al circuito (eran 3 en total) se me hizo más fácil que la anteriores. En la cuesta final, subí el ritmo, y la caldera como siempre, empezó a avivar por dentro. Vista al frente, y a falta de 600 m, visualizo mi pensamiento alegre, prueba inequívoca de la explosión interior: esprinto sin parar, pasando a varios corredores, con una sonrisa en la boca.
Cuando un pensamiento alegre es más fuerte que el cansancio.

En meta, botella de agua, zumo fresquito o del tiempo y fruta. Curiosa la colaboración desinteresada de McDonald's: la fruta, zumo y alguna cosa más era de allí y no vi publicidad alguna por la carrera.

El año que viene, si se puede, repetiremos.


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Valoración final en
 El Calidómetro

11 jun 2010

Nike+ SportBand

No hay nada mejor que cuando te sorprenden gratamente. Y de esa manera llegó el Nike+ SportBand a mis manos.

Había oído hablar bastante de él, como la nueva alternativa que Nike había sacado para desvincularse un poquito de Apple en cuanto a su producto Nike iPod Sport Kit.
Aunque al final, digan lo que digan, esto es como las películas en el cine: hasta que no las ves no puedes juzgar 100% objetivamente.
Nunca he sido alguién a quien le obsesionaran los tiempos de paso , de hecho, nunca les prestaba atención en mi etapa infantil de atletismo, y la verdad, es que ahora tampoco demasiado. Pero no nos engañemos, al que más al que menos, nos gusta tener cierto control sobre lo que hacemos, lo que entrenamos, distancias, ritmos... Y el Nike+ SportBand es un gran amigo para todo ello. Este cómodo artilugio se compone de la pulsera y el sensor Nike, que acoplado a la zapatilla transmitirá los datos a la pulsera donde van quedando registrados y listos para su visualización. 

El aparato en cuestión...
Si bien no estamos hablando de un reloj GPS como muchos que veo utilizar en las carreras y que deben de ser más precisos (y también más caros), este aparato está muy bien diseñado: sin apenas una calibración responde muy bien a las distancias casi como por arte de magia. El primer día que lo utilicé me quedé fascinado al ver todo lo que podía decirme en el momento:


· Ritmo de paso
· Km recorridos
· Calorías quemadas
· Tiempo de carrera

Vamos a partir de la base de que, como he dicho anteriormente, no es un GPS sino un acelerómetro lo que llevamos en la zapatilla. Sin duda del tema de las calorías sigo mostrando cierto escepticismo, ya que aparte de la condición física de cada uno, las condiciones ambientales también ejercen algún efecto sobre el cuerpo a la hora de la quema de las mismas. Ahora bien, el kilometraje, es bastante exacto, si bien tiene algún margen de error, resulta muy válido para controlar las distancias. Recomiendan calibrarlo en una pista de 400 m para una mayor fiabilidad.


  ...y su compañero, el "chivato"  

Una vez hemos terminada la carrera o entrenamiento del día, grabamos con solo pulsar el botón principal y Nike+ SportBand deja guardada la tarea. Tiene la capacidad para guardar hasta 8 carreras, hasta que, apartado el cabezal de la pulsera descubrimos que tiene una salida USB para descargarlo en el PC/Mac. En ese momento sube todos los datos registrados a tu cuenta personal Nike y se queda bien "limpio" para poder grabar otras 8. No obstante podemos subir dichas grabaciones cuando queramos. Al meternos en nuestra cuenta Nike, tendremos una especie de diario, en el que se recoge cada carrera grabada con el Nike+ SportBand. La web de Nike nos ofrece varios apartados:

· Carreras totales realizadas con una valoración personal de la misma.
· Retos, un apartado muy divertido que sirve para "picarse" un poco con el resto de usuarios.
· Objetivos, dónde podremos decidir que queremos conseguir en un cierto tiempo.
· Entrenamientos, que nos ayudaran a mejorar, si no tienes una referencia personal.
· Mini, un divertido muñeco que reproducirá con su estado de ánimo tu actividad entrenando.
 
Los datos de la carrera aparecen representados en una gráfica muy intuitiva y fácil de interpretar.

Diferentes apartados de la cuenta Nike +


Para acoplar el sensor a la zapatilla, Nike tiene bajo la plantilla de una de ellas un hueco para introducirlo. Esto nos lleva a preguntarnos:

¿Puedo utilizar el Nike+ SportBand en otras zapatillas?

La respuesta es afirmativa. Por mi parte llevo el sensor entre la lengüeta y mi pie. Una pequeña tira de cinta americana es suficiente para darle mayor seguridad y sujeción.

Recientemente, como accesorio acaban de sacar un cinturón pectoral para medir también la frecuencia cardiaca. En definitiva, un aparato con muchas posibilidades, y con una fiabilidad muy alta al ser un acelerómetro, que sin duda puede mejorar sus prestaciones en el futuro. Recomendado.


Valoración final en
El Calidómetro

7 jun 2010

Correr en verano

Llegada la época de calor y después del verano pasado, en el cual experimenté los beneficios de correr en una estación en la que puede resultar incómodo, se hace necesario "nutrirse" de esas ventajas que nos brinda el verano y nos empujan a salir cuando a veces no nos apetece.

El calor no debiera de ser un impedimento, sino el momento idóneo para darle la vuelta a la tortilla: cuando paremos no hay peligro de enfriarse, los músculos aguantaran más tiempo hasta que podamos estirarlos y recibiremos un tratamiento exclusivo de vitamina D que contribuirá a fortalecer nuestros huesos. El problema del sudor en cuanto a la deshidratación hemos de cuidarlo bebiendo lo suficiente, y con más frecuencia. Este aspecto se vuelve aún más importante de lo que lo es en esta época del año. Como siempre: antes, durante y después. Tenemos fuentes repartidas por cualquier ciudad que evitaran que carguemos con una botella. Planear una ruta específica para el verano acorde con alguna fuente en el camino puede ser una buena opción.


Marcarse una ruta alrededor de la zona de veraneo si hemos viajado, o mantener la que hacemos normalmente si seguimos en el mismo sitio que el resto del año de la manera más natural posible, cuidando estos aspectos que estamos mencionando. El golpe de calor por deshidratación puede causarnos mareos y una mala gestión interna de nuestra energía, debilitándonos y causándonos una sensación de pesadez y cansancio progresiva que nos impedirá seguir corriendo.

El tramo final del entrenamiento podemos realizarlo en la misma playa si tenemos la suerte de contar con una. Un gran ejercicio de propiocepción sería caminar por la arena y podemos correr por ella sin abusar en exceso. En este momento hemos de vigilar bastante por donde pisamos y no descuidar la concentración; a la vez que estamos fortaleciendo los tobillos, podemos descuidarnos y lesionarnos en una mala pisada. Hecho esto de buena manera contribuiremos a fortalecer tobillos, trabajando la propiocepción y realizando un entrenamiento con una intensidad muy alta que subirá bastante nuestras pulsaciones. Correr descalzo no es contraproducente mientras no se abuse: todo con equilibrio es mejor. Esta bien para conocer nuestro cuerpo, ver su comportamiento y sentir sensaciones nuevas, pero todo con cuidado: el invento de las zapatillas no resulta una mera casualidad. Preparadas para amortiguar y estabilizar el pie, evitan más lesiones de las que podemos imaginar.


Correr descalzo, como todo en la vida: sin abusar

A la hora de correr por la orilla no debemos excedernos ya que hemos de contar con la inclinación de la misma que no resulta muy conveniente si se abusa demasiado. Al contrario que en la arena, por la orilla lograremos alcanzar más velocidad. Vigilaremos no obstante pequeñas piedras o conchas que puedan lastimar la planta del pie, que aparte estará ligeramente reblandecida por el agua.


Para finalizar, y ya que terminaremos relajándonos dentro del mar (yo por lo menos), si es posible, nos meteremos gradualmente, para adaptar poco a poco al cuerpo a la temperatura. Con el agua hasta la cintura o por debajo de ella, el trabajo será ideal para potenciar los cuadriceps al tener que luchar contra la resistencia acuática para levantar las piernas y avanzar.

No nos olvidemos del relax y disfrute de quedarnos relajados al final dentro del agua: trabajo hecho y recompensa nunca mejor merecida.

Por cierto: ¡aplicaros un poco de crema protectora para el sol!

2 jun 2010

Asics Nimbus 10

Cuando me compré estas zapatillas allá por diciembre de 2008, sentí que había comprado un gran aliado.

Recomendado por un compañero del trabajo que me había hablado bien de la marca oriental, mi pasado como corredor solo conocía un par de modelos de Adidas y el resto de Reebok, mi marca favorita. Después de haber desechado varios modelos, me ofrecieron las Asics Nimbus 10 como una opción casi obligatoria debido al peso que tenía por entonces: 83 Kg. Con ese peso se hacía necesario una zapatilla más que robusta y con muy buena amortiguación. Pesan un 345 g, lo cual no la convierten en una zapatilla especialmente ligera, pero es un detalle que pasa bastante desapercibido por su otras mejoras. Ideales para corredores neutros y con ligera tendencia supinadora.



Asics Nimbus 10: un buen modelo para regresar


No puedo decir que me parecieran baratas, desde luego. Pero merecen la pena. Las Asics Nimbus resultan tener una buena estabilidad y desde luego una amortiguación excelente que no había experimentado nunca antes. La durabilidad de este par se hace alarga bastante. No paro de oír a gente que deshecha las zapatillas con apenas 12 meses de uso. Esta claro que todo depende de la caña que se le de al par, pero deshacerse con menos de un año me parece tirar el dinero, y más con lo que cuestan. Mi valoración, estimando 10 km diarios de uso: después de año y medio sigo corriendo con ellas. Si es verdad que después de este tiempo empiezo a notar la pérdida de amortiguación de las mismas así como las consiguientes roturas de la tela por el interior del talón y en las punteras. Va siendo hora de pasarlas a otro nível, ya me han dado lo mejor de ellas.

No obstante y como después de todo este tiempo ya han sacado el siguiente modelo, las Nimbus 11, espero sirva esta valoración para poder optar a los siguientes modelos que sacan, en teoría mejorados, o a estas mismas rebajadas en puntos de outlet.

Valoración final en
El Calidómetro

31 may 2010

3ª Carrera Liberty Seguros

Por fin llego el 30 de mayo, fecha esperada, cumpliéndose así un año de mi primera carrera en 10 años de inactividad. A las 8:30 de la mañana ya nos encontrábamos paseando por Goya en dirección a la zona de los chips. Tuve la gran suerte de estar acompañado por casi toda mi familia: aquello es un aliciente y un apoyo moral que surte una influencia psicológica en mi, de manera casi sobrenatural.

Con el tiempo suficiente para calentar y estirar, me coloqué a 20 metros de la salida bastante mejor de lo que pensaba que saldría. Hacía ya un calor bastante notable, y preferí correr con la camiseta de tirantes a correr con la de la carrera. Mi capacidad de transpiración supera cotas altas y con esa manga corta hubiera terminado casi axfisiado. Nada más dar la salida, casi a las 9 h en punto, conecto mi Nike+ y veo que no sincroniza con el sensor cuando me percato al pasar al lado de mi familia de que no lo había metido en la zapatilla: novatada. Enfilado hacia Cibeles por la calle Alcalá, me dejo llevar a un ritmo bastante cómodo, casí por debajo de 4 minutos. Encarada la ya clásica Castellana, esta vez no se hizo tan dura como otras veces. El esperado avituallamiento esta vez resulto más complicado que otras veces, y es que, cuando llegas con "poco riego" en la cabeza, parece que todos los corredores cometémos el mismo error: ir a por la primera botellita que ves. Esto no hace más que causar el embotellamiento de todos, aunque apenas me paré para cojerla, todo sobre la marcha. Una cosa a mejorar sería evitar los vasitos de bebida isotónica, no por el contenido que es fabuloso, sino porque a la hora de beberlo se hace imposible a menos que te pares completamente.

Concha Espina también resulto menos empinada que otras veces. En ese momento de confianza, pierdo algo de concentración y mi respiración flaquea ligeramente. Lo justo como para pasar el Km 7 con los primeros síntomas de flato. Aunque la llegada es casi en cuesta, salvo los últimos metros, sé que lo más duro ha quedado atrás. Trato de pasar ese flato para poder encarar los últimos metros de la mejor manera posible y tratar de explosionar al final con un buen sprint que me permita ganar unos segundos y hacer chorrear toda la adrenalina que lleva acumulándose durante toda la carrera. Es practicamente un ritual para mí, así llegue cansado, parece que mi cuerpo necesita de ese empujón final: lo disfruto como un niño.
Superado casi el flato, ultimo la cuesta de Principe de Vergara, para empezar a subir Goya, (gracias por los ánimos Mario, eres muy grande) subiendo el ritmo un poquito. Y a falta de 300 metros, no logro aguantar más, los ánimos de la gente me superan y las ganas de ver a los míos hace que suba el ritmo aún más.

Cuando el cuerpo dice, "es momento de darlo todo"

Practicamente al verles comienzo a esprintar como un loco. Esto es casi lo que más me gusta de la carrera, me cuesta describir las sensaciones agradables que recorren el cuerpo. Segundos antes de pasar por el arco de meta se dibujan en mi cabeza las imágenes de la 2ª Carrera Liberty del año pasado, una vez más lo he vuelto hacer. La mejora de la marca ha sido más que considerable: de 48 minutos el año pasado a 41:42.



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Valoración final en
El Calidómetro