16 ene 2023

San Silvestre Vallecana 2022 (10 km)

Y desde septiembre, iba cumpliendo, día a día y semana a semana el nuevo plan de entreno, sin duda, el más metódico, "sencillo" y con mucha medida para no pasarnos. Y de la manera más tonta y no corriendo, yo, el chico que corre y nunca se lesiona, pues eso, me lesiono. Algo en la rodilla me interrumpió un grandioso jueves que auguraban buenas series de mil en el bosque de Valdebebas con Fran, Antonio y Schumy. Lo único que pude hacer tras el calentamiento fue irme a casa, que me tratará Carol con su magnifico shiatsu del que hablaré más adelante dedicando una entrada y reposar. Reposar días y días, suplicando al cielo poder correr la Vallecana aunque estuviera fuera de forma. Auguraba una buena marca cercana a los 36:30 o menos pero tan solo me conformaba con correr de algún modo esa noche mágica que ya, después de unos 13 años no dejaba de correr.


Y de algún modo, el 31 a las 16:30 me encontraba en Concha Espina, ataviado con mis Nike Vaporfly y totalmente fuera de forma pero agradecido por poder correrla.Con Fran y Lau, Schumy y Dani y todos los Lunes de Recuperación, mientras Dj Nano pinchaba Every time we touch, mi corazón bombeaba adrenalina a chorros. Podría definir perfectamente mi carrera como "Salí, sonreí y llegué a meta". Porque en el fondo fué así. Tras el pistoletazo de salida salgo controlando con mi rodillera en la pierna izquierda asombrosamente respondiendo bien pero con el miedo en el cuerpo, temiendo que en algún momento tuviera que parar. Carol y mi padre aguardaban en meta y mi cabeza no imaginaba los pensamientos que mi chica podía estar barruntando. Kilometro a kilometro revivo cada momento de cada año, disfrutando a tope. Atravieso Serrano hacia abajo y me acuerdo mucho de Tío Mario como siempre. Hablamos mientras avanzo e intercambiamos palabras sobre Tía Vane. Gracias Cuñí por seguir cuidándola y hacer que siga adelante, ella es muy importante para nosotros.  

Podría decir que estaba disfrutando más que nunca, estando fuera de forma, con la rodilla hinchada... ¿irónico verdad? Pero más que nunca pude sentir esa gratitud de dar zancada tras zancada, de sonreír con cada inspiración. De sonreír al ver a Juan Carlos de Los Lunes con Mario y Helen animando al llegar a la Puerta de Alcalá, ¡qué subidón! ¡Y qué fotón!


Al bajar Recoletos me encuentro con Alberto Ramos y su hermano, ¡que alegrón! y al pasar al final de esta calle me viene a la cabeza mi hermana Laura, que a pesar de no haber podido venir a ninguna San Silvestre siempre y por alguna extraña razón de mi cabeza que desconozco, la he ubicado en este punto. Y nunca se lo he dicho y quizás se entere leyendo estás líneas. Toda mi musculatura inferior empieza a denotar cierta fatiga producto de casi el mes de inactividad. Aguanto. El disfrute me ayuda a ello.

Pasan ritmos entorno a 4:00 min/km y alguno de 3:50 que me causan un vértigo casí adictivo. Mi cuerpo desea más pero en el fondo no puede. Una sensación de lo más loca. Así que bajo el pistón porque no quiero arriesgar. Y menos mal, porque pasado el kilometro 7 mis piernas dicen que no están para esas velocidades. Normal, casí un mes parado acarrea lo suyo. Aguanto como nunca mezclando esa pesadez con la alegría y gratitud de estar allí corriendo junto a 41.000 personas más. Afortunado. La cuesta se hace difícil, pero recuerdo mi tesón en años anteriores subiéndola, manteniendo ritmo e incluso subiendo un pelin y junto a los ánimos de la gente tiro para arriba mientras infundo aliento a algún corredor con el que me cruzo. La rodilla aguanta. 


Giro a la derecha y visualizo el paso del kilometro 9. ¡Vamos! Sé que queda poco, visualizo a Carol y mi Papi y aguanto mientras me doy cuenta de que voy sub 42, no estaría mal asegurar cajón para el año que viene. Y tiro y tiro. Y el globo queda atrás. Y mientras avanzo por Martinez de la Riva y llego a la Calle diligencia miro hacia donde se pone Carol año tras año. ¡Y está cortada! Las obras del Bernabéu hicieron adelantar la salida unos metros hacia delante y reubicar el final de la carrera. Tan solo alargando al siguiente giro a la derecha imagino que Carol estará allí. ¡Vamos! me grita al unísono con mi padre y con Paco el padre de Fran. El subidón e impresionante y eso que probablemente vaya en uno de los tramos mas lentos de mis carreras. Da igual. La pasión y el disfrute lo ignoran todo y me hacen subir el ritmo para acelerar en meta y lograr un 41:46 a ritmo de 4.10. La sonrisa me recorre de oreja a oreja. ¡He podido correr! Al final todo se resume a eso, a algo básico. Si algún día te puede la presión por algo como esto, hecho para disfrutar, recuerda porque lo haces. En el fondo todo se resume a eso y es lo que más tira para delante. Porque podía haberme ahorrado todas estas líneas de sentimentalismo y pasión (cada entrada del blog lleva ambas) y haber puesto sin más que "salí, sonreí y llegué a meta".




14 dic 2022

Cross Popular de La Constitucion 2022 (8 km)

Con la organización de Eventsthinker se presentaba este Cross al que al menos nuestro pequeñín, Carlos iba a asistir. Mi participación estaba algo en duda por motivos de trabajo y al final de 8 horas de trabajo y con una antelación de 120 minutos... supe que iba a poder correrlo.

Así surgió la cosa, sin paños calientes. Aunque a mi lo que más me emocionaba era que Carlos corriese. Le mola mucho y sabe el universo que yo ni le fuerzo ni tiro más hacia este deporte para que lo haga: lo de disfrutar corriendo lo lleva en las venas (y seguro en los genes). Aí qsue el animado a correr, nosotros más.

Así que llegando a la vez a la zona de la prueba, me encontré con los míos: Fran y Lau con Axel y Mini y luego con Schumy, Auro y Samu. Embadurnado con el gel de calor Galius, fuimos a recoger los dorsales y se lo pusimos a Carlos. Cuando iba a ponerme a calentar y Carlos ya estaba expectante de su carrera "¿Papá cuánto vas a tardar?" me pregunta curioso. "Espero que poco", le contesto.


Línea de salida con Schumy y César y dan el pistoletazo de salida. Salgo controlando bien el ritmo para que no me pase la del año pasado. Son dos vueltas a un recorrido bastante duro y la primera sirve muy bien para medir las fuerzas de cada uno. Acompaño a Schumy hasta el primer kilometro y luego se empieza a despegar como era normal. El circuito comprende una serie de giros de 90 grados con bajadas y subidas muy alargadas que pueden "romperte" por completo sino cuidas un poco tus ritmos. Así que me centro en eso. En no pasarme de vueltas. Haciendo una amalgama, aún muy extraña, de mi antigua filosofía de correr por sensaciones y disfrute sin más a la nueva en la que trato de medirme de la manera más rigurosa posible. Y entonces sale algo, que si bien tiene mucho margen de mejora, denota algo de inexperiencia que con el tiempo estoy seguro de que irá ganando valor.


Disfruto mucho y controlo el ritmo, a la primera vuelta veo a Carol y Carlos, con Auro y Samu y Fran con Axel y Mini animándonos con fuerza y eso llega. Mi excompañera Cris anda por allí cortando las calles, un alegrón tremendo verla. Las Vaporfly responden genial, no tengo más que elogios para esta superzapatilla.


Sigo viendo a Schumy y Cesar a lo lejos mientras trato de mantener el ritmo y soportar los enormes desniveles que hacen famosa a esta carrera. La última vuelta va mejor encarada gracias a cierta prudencia inicial y el final queda cerca. Aguanto y aguanto deseoso de ver a los míos y pensando también en la carrera de Carlos. Dos rectas y sus curvas para la final y subo una marcha. Ahora sí, la sonrisa se me dispara y aprieto a tope, descubriendo un sprint que hacía mucho que no despertaba de esa manera.


30:04 y 25º posición absoluta y 16º de mi categoría. Muy contento de haber bajado un minuto del año pasado.

Carlos esta expectante. Le apetece mucho y no deja de preguntar por su carrera. Y eso que faltan la de todas las categorías superiores. Pero pasan y pasan... Y cuando menos lo espera, le decimos que le toca y su sonrisa es brutal: de oreja a oreja. 


Le digo: -"Colegui, para que te salga bien la carrera solo tienes que hacer dos cosas, una es no salir muy rápido y la otra es DISFRUTAR".  
"Vale Papá."

Carol le quita el abrigo y le damos dos besamos como dos soles y se va a la linea de salida. Pistoletazo y salgo disparado para acompañarle por fuera del recorrido. ¡Vamos! Me sale el orgullo por las orejas, no por verle correr sino por el disfrute que lleva. Por como afronta los 550 metros sin pararse, sin quejarse, regulándosela a su manera y "picándose" sanamente
con los demás mientras mira a su alrededor. Bracea y zancada tras zancada va dirigiéndoselo a meta donde Mamá espera orgullosa mientras yo no paro de animarle y motivarle, aunque no le hace falta. Ya lo tiene. Entra en meta cogiendo el aire que le falta, feliz por acabar y disfrutar de ese momento tan curioso que te transfiere el correr.


Gran día, acabando con los amigos comiendo juntos y alargando el disfrute aún más.


24 nov 2022

Derbi de las aficiones 2022 (10km)

Desde el paseo con los perretes sonaba en mi cabeza I Believe the enemy de Diognardi y no dejó de hacerlo hasta cruzar la meta. El día amaneció frío pero con la promesa de no descargar agua sobre nosotros. Así que besos mágicos en casa y a la salida con mi padre, ambos en moto y yo por mi parte muy agradecido de que me ayudara en la logística de carreras tan complicadas que empiezan en un sitio y acaban en otro bastante más desplazado. 

Caliento 10 minutos con mi Pegasus 37 y me calzo las Vaporfly Next% 2 para que mi padre se pueda ir con tiempo holgado a linea de meta. "-¿Qué son, 10 km? ¿Unos tres cuartos de hora?", me dice totalmente en serio. Medio sonrío diciéndole que espero bajar de 38 minutos. Mi padre me ha visto correr desde pequeño pero estaba perdido en ese momento con la marca que esperaba. Beso y agradecimiento y sigo calentando mientras me cruzo, con Julio, César, Paco, Carlos y Dumi de Los Lunes. Un alegrón. Y otro más al ver a Alberto con su hermano por allí. Si no nos vemos por Madrid nos vemos por Alcosebre en la costa mediterránea, jaja. Quique también andaba por allí y me da una enorme alegría verle, ¡Recupera el blog Jodío!. Mucho tiempo sin coincidir. Pena no ver a Marcos Del Valle ni a Fran y a Lau en la salida.

A línea de meta y superconcentrado mientras suenan los himnos de Merengues y Colchoneros, fiel a mi filosofía me centro en lo mío, con ganas de ver los primeros resultados reales de nuestro Eagle Smart Project. Pequeños saltitos para mantener la temperatura y veo a Jose Ángel Santiago. Pues otro alegrón. Y después de la cuenta atrás...

¡Pum! Salimos y no tengo la posibilidad de acelerarme como suelo, lo cual pienso rápidamente que me va a venir bien. Algo conservador al principio no me iría mal y encima en la parte "complicada" de la carrera que era al inicio. El resto cuesta abajo. Me siento genial, la nueva planificación se nota y mucho más al caer los kilómetros. Voy controlando la velocidad para no pasarme, debía ir sobre 3:45 y la mayoría me salen a 3:40. Podría decirse que voy descontrolado tras este breve análisis pero es que me voy "frenando" un poquito ya que algún tramo se me va a los 3:30. 


Castellana abajo y esta carrera es un verdadero tiro. Ya me había advertido Fran que no me confiara pero que iría más rápido de lo habitual. Y así es. Sinceramente, he de reconocer que no paso ni un kilometro agónico, voy disfrutando como siempre, con una sonrisa en la cara, animando a corredores a los que paso, a los que me pasan, a los que por lo que sea se quedan a un lado parados... Estoy disfrutando más de lo que pensaba y una pequeña parte de eso es por las Vaporfly Next% 2 que son divertidisímas y un par de cohetes en los pies.

¡Vamos! Al paso del ecuador de carrera me siento eufórico por el ritmo que llevo y a la vez confiado porque soy consciente de que no voy apretado ni al límite. Carlos y Carol en mi cabeza y de repente aparece él, sin previo aviso, con sus preciosos ojos claros, su descomunal tamaño, más grande aún de lo que recordaba y su barbita de varios días. -"¡Vamos man!". Joder, ¡es Tío Mario! No me lo esperaba. No lloro, no estoy triste. Sonrío, estoy casi emocionado de tenerle cerca. "Te echo mucho de menos", le digo. Él lo sabe pero no me contesta, me empuja hacia delante.


Irónicamente me mantengo alerta esperando alguna cuesta, algún repecho que nos ponga a cada uno en nuestro lugar mientras en mi cabeza sigue sonando I Believe the enemy con imágenes de tormenta y electricidad. Pasamos la Cibeles mientras suena el himno del Madrid y me acuerdo mucho de mi Papi, que estará esperándome en meta. Bajo sin aflojar el ritmo mientras miro atrás buscando la liebre de 38 minutos. Pero no veo globo. ¿Lo mismo van sin globo? Sigo a lo mío. Y caen los kilometros.

Vaya que si caen. Cuando pasamos al lado de Embajadores Tío Mario sigue empujándo y aparece el repecho que estaba buscando, poco empinado pero suficiente para placar mis ansias de desnivel. Es casi de risa desear eso en una carrera, pero lo deseo. Juro que lo deseé y en más de una ocasión.


Cuando menos lo espero, una bajada superempinada aparece y me dejo llevar. 3:30. Vale, la meta no debe de andar muy lejos. y... ¡aparece mi padre en la curva previa a la meta! Euforia a tope, puño al corazón y en dirección a él y aprieto más al ver el arco de meta próximo. Me invade la adrenalina a borbotones y me siento volar a unos ritmos que a día de hoy me hacen sentir por encima del asfalto. ¡Yeah! Gracias Tio Mario.  En meta me encuentro con casi todos los mencionados y luego con Lau y Fran, alegría doble.

Buscando un sub 38 para la San Silvestre Vallecana me encontré con un 36:49 que no esperaba. Si bien es cierto que la carrera tiene un desnivel muy fácil, como siempre decimos, hay que correrla. Y eso hice. Lo mejor que pude, con una sonrisa en la cara, acordándome de los míos y con la ayuda especial de Cuñi Grandullón (gracias), sé que estas siempre con nosotros.

Vamos Vallecas, nos veremos de nuevo pronto.