17 dic 2020

Pantalón corto Nike Tech Pack Future Race

Vale si, estamos en invierno. Pero a pesar de las bajas temperaturas, algunos "locos" corremos en pantalón corto en las carreras. (Menos mi amigo Julio, él en corto y sin camiseta ;) ) Y tocó renovarlo. Tras el verano, se les da un buen achuchón y la alta temperatura que sigue aguantando, hace que los estires incluso hasta octubre en los mismos entrenamientos.


En esta ocasión iba decidido a comprar un modelo en concreto (Nike Aeroswift) y esta vez masculino. ¿Cómo? Sí, masculino. Resulta que hasta hace pocos años no encontraba ningún pantalón de la marca que me gustara, dentro de mi género, así que optaba por modelos femeninos dandole pie a mi amigo Fran a decir "que me gustaba vestirme con ropa de mujer", levantando ciertas risas entre él y Javi.


Buscaba el Aeroswift porque es un modelo de alta gama que permite un rango muy alto de movimientos aparte de ser muy cómodo. Al final entre pitos y flautas... Lo conseguí pero era muy largo para mi gusto con 11 cm (Nike dispone de varias medidas) así que al tratar de cambiarlo me ofrecieron el Tech Pack Future Race (8 cm). 

Y a primera vista me encantó el diseño futurista que tenía: sin costuras, de una pieza y con un tejido superflexible que permite un rango tan amplio de movimientos como el diseño que andaba buscando. Si hay algo que lo define es comodidad y transpirabilidad, gracias a las perforaciones por láser que nunca había visto en un pantalón. Lleva el clásico slip integrado que proporciona un ajuste perfecto y buena sujeción. En la cintura, el cordón regulable se adapta perfectamente mientras que el elástico que lo rodea se ajusta suavemente y sus miles de perforaciones ayudan a evacuar el sudor.


En carrera, el Tech Pack Future Race ni se nota, cero roces, cero molestias y una transpiración muy buena, ajuste perfecto y supercómodo. Dispone de hasta cuatro bolsillos (dos delanteros más pequeños y otros dos traseros más grandes). 

Su precio inicial es de 70€ aunque lo encontré rebajado por menos de la mitad. Muy recomendable.


9 dic 2020

Nike Air Zoom Pegasus 37

Otra revolución en Nike.

Después de la gran acogida que tuvo en mis pies la Pegasus 35, me llegaron a la vez tanto la 36 como la 37. La 36 la hemos tratado en la anterior review y la 37 merece una mención aparte.

Si bien la versión 36 presentaba pocos cambios (a mejor) de la anterior (la 35 era una zapatilla que ya había evolucionado bastante) en este caso el modelo Pegasus vuelve a pegar "otro estirón" con varios cambios significativos, haciendo que la morfología cambie tanto que parezca otro modelo diferente.

El upper es muy fino, translucida y muy transpirable. La lengüeta mantiene el grosor de la 36 y la forma de V adaptándose al tobillo. Desaparece el Flywire y se añade las “Midfoot Bands”, ojales más gruesos que asegurar el pie al apretar los cordones. La anterior cápsula de Zoom que abarcaba toda la suela pasa a ser el doble de grande y con presiones diferentes en las versiones de hombre (20 psi) y mujer (15 psi), situándola en el medio pie, cerca de la zona de transición e impulso. 




Todo esto tiene mucho sentido si la mediasuela cambia también. Y es que ahora pasa a ser de Cushlon a React siendo un 11 % más blando y con un 13 % más de retorno de energía que otros foams. Es un material que como ya indique en las Nike Epic React daría mucho juego en versiones posteriores y lo seguirá dando, gracias a su comportamiento. La parte del talón es más agresiva y elevada. En cuanto a la suela presenta un patrón parecido a las anteriores Pegasus pero esta vez cambia los pentágonos por cuadrados. Buen agarre tanto en tierra como asfalto y con una densidad de caucho grabada en el talón de OG/RS 001.

En carrera me han impresionado mucho. Tremendamente cómodas desde el primer momento, son unas zapatillas para rodar, totalmente polivalentes como sus predecesoras pero aún más reactivas, cómodas y rápidas. Recomendadas para corredores de no más de 85 Kg, se mueven genial tanto en ritmos de 5 min/km como por debajo de 4 min/km. 280 g y drop de 10 mm.






 


27 nov 2020

Carrera Vuela 2020 (5km)

Tenía muchas ganas de carrera. Llevaba casi un año sin competir. Y en este año parecía algo totalmente imposible viviendo el panorama que tenemos. Eventsthinker, organizadores de eventos deportivos, había realizado algún cross pero no terminé de lanzarme. No obstante, en uno de los entrenos, Schumy me hablo genial acerca del protocolo que estaba siguiendo Eventshinker y que estaba dando muy buenos y satisfactorio resultados. Así que me inscribí en la distancia de los 5 km de la Carrera Vuela, contra la Violencia de Género, cuya recaudación iba destinada para combatir esa lacra de la sociedad que lamentablemente nos acompaña. La noche anterior sentí ese hormigueo de carrera previa, tan especial como hacía casi un año en la última competición. Mi ropa y mis Nike Zoomfly descansaban a la espera. 
Por la mañana, café y crema Galius Sport en mis piernas y fuimos para allá.


Allí, domingo 22 de noviembre, me presente junto a mi Padre (gracias por la logística y todo el apoyo como siempre) en la carpa que me correspondía para recoger mi dorsal (previamente había recibido un email con toda la información e instrucciones a la hora de seguir dicho protocolo de seguridad) y a la hora indicada para evitar aglomeraciones. Me tomó la temperatura Cellou gran amigo y persona que andaba por allí echando un cable. Recibo un sobre cerrado con mi dorsal/chip y otro con una mascarilla para tener al inicio de la prueba y de la que me puedo deshacer en caso de que quiera correr sin ella. Por allí veo a Darío, Diego y bastante gente conocida. La línea de salida es una inmensa cuadricula de conos perfectamente alineados y separados por una distancia de seguridad en la que cada uno contiene los números de los dorsales. Ubiqué donde estaba el mío para colocarme en su momento y me dispuse a calentar. A menos de 10 minutos de la salida y desde megafonía, Luis Blanco informaba de la necesidad de colocarse en los conos a todos los participantes. Una vez colocados, cerca de mi amigo Mario, Sergio y Jose, llegada la hora se inició la salida. Los cuatro primeros salieron disparados y cada 5 segundos saldrían los siguientes cuatro. Cuando te encuentras en las segunda fila, a unos 10 segundos de salir, tienes colocados a ambos lados unas papeleras para tirar la mascarilla y estar listo a la salida. Mano en el Garmin y...¡Salimos!


La emoción de correr me invade y con mi propio ritmo, empiezo a "trabajar". Me iría acercando progresivamente hasta coger a mi amigo Mario más o menos a la altura del primer kilometro donde nos animamos y tiramos juntos. El circuito (todo asfalto) pinta fácil de momento pero somos conscientes de que la mitad será todo lo contrario. Vamos en bajada con un ritmo cercano a 3:30 min/km y se nota. No sería obstáculo para sonreír, presa del disfrute y adrenalina surcando cada rincón del cuerpo. Al final de la bajada comienza el desvío del resto de distancias y nos unimos a Sergio. Tiramos los tres unos metros y antes de iniciar la subida, Mario, cual cohete, empezó a aumentar ligeramente el ritmo (jamás le había visto tan en forma y corriendo tan bien), lo suficiente como para despegarse algo de mí y más de Sergio. Íbamos ya lo bastante rápidos y no me ví con fuerzas de seguirle. Pero inconscientemente me mantuve cerca. Ascendimos al tran tran adelantando un par de corredores y animándoles mientras veíamos como el último kilometro pasaba a nuestro lado. Al acabar la subida me hallo pegado a Mario y le animo mientras hacemos la rotonda que uniría con la recta de meta, unos 500 m para el final. Meto una marcha más a sabiendas de que me quedan fuerzas para mi clásico apretón final (lo que mi amigo Fran denomina "siempre queda algo en el sótano") y le adelanto arengándole de que me siga y tiremos juntos. Aprieto un poco más y como siempre por la cabeza, la idea de si no habré iniciado muy pronto el sprint. Aguanto y aguanto mientras disfruto. Mentiría si dijera que en mitad de aquel esfuerzo, quizá el más grande de la carrera no disfruto como un niño. Y es ese niño que aún llevo dentro el que no deja de sonreír, mientras oigo en mi cabeza a Carol y Carlos diciéndome "¡Ánimo Papá, tú puedes!", lo que me hace apretar aun más hasta que cruzo la meta eufórico mientras la organización pendiente me entrega otro sobre con mascarilla y medalla conmemorativa muy original con logo de la carrera. Entro con 18:08, 8º puesto y 7º de mi categoría. A los pocos segundos Mario y Sergio.


Chapó por la organización. He quedado alucinado al ver que se pueden seguir haciendo cosas, con cautela y precaución pero vaya, muy bien hechas. Gracias Jose Manuel y Alejandro por seguir dándonos la oportunidad de poder disfrutar con el deporte, algo tan necesario en estos tiempos y ahora aún más.


Sin duda, la idea será repetir con Eventsthinker, por lo bien organizado y el como se llega a palpar el trabajo bien hecho, con pasión y ganas.